
Hace unos días, visitando la casa de unos amigos, vi que unos vecinos suyos habían colocado sobre su puerta un Eguzkilore, la flor del sol. Me sorprendió y me gustó verlo. Hacía muchos años que no había vuelto a ver uno, lo menos cuarenta años siendo yo pequeña. Normalmente en la ciudad perdemos el contacto con nuestras tradiciones, mitos y leyendas, y me agradó que no fuera así. No puede resistir la tentación de sacar una foto.
El Eguzkilore es la flor del cardo silvestre. Se coloca en las puertas de las casas y caseríos como símbolo de protección contra los malos espíritus.
Cuenta la leyenda que hace miles y miles de años, cuando los hombres comenzaron a poblar la tierra, se encontraban inmersos en la gran oscuridad. Asustados por los numerosos genios que salían de las entrañas de la tierra en forma de toros de fuego, caballos voladores, enormes dragones… En su desesperación, decidieron pedir ayuda a Amalur, la Madre Tierra, de forma constante. Ante esta insistencia, Amalur les respondió que les ayudaría creando un ser luminoso al que debían llamar Ilargi, Luna.
Al comienzo, los hombres se asustaron mucho y permanecieron en sus cuevas sin atreverse a salir, pero, poco a poco, fueron acostumbrándose. Al igual que los genios y las brujas que no tardaron en salir de sus simas y acosar de nuevo a los humanos. Así que los hombres, acudieron otra vez a Amalur, pero esta vez para pedirle algo más poderoso. Esta, les respondió creando un ser todavía más luminoso al que le llamarían Eguzki o Sol. De esta forma, el Sol sería el día y la Luna la noche.
Era tan grande, luminoso y caliente que los hombres tuvieron que ir acostumbrándose poco a poco. Gracias a su calor y luz, crecieron las plantas… y aún más importante, los genios y las brujas no pudieron acostumbrarse a la gran claridad del día y desde entonces sólo pudieron salir de noche.
Los hombres, acudieron una vez más a Amalur para pedirle protección durante la noche ya que los genios salían de sus simas y los acosaban. Y fue entonces cuando la Tierra les creó una flor tan hermosa que, al verla, los seres de la noche creerían que era el propio Sol. Esta es Eguzkilore o Flor del sol. Y hasta hoy, defiende los hogares de los malos espíritus, los brujos, los genios de la enfermedad, las tempestades, rayos y demás enemigos del hombre.
¿Os animáis a colocar una en vuestra puerta?